Ayer salí de mi clase de francés a eso de las 10 de la mañana y pasé por detrás de rectoría (como cualquier lunes, miércoles o viernes). Pero algo hizo a ese día especial. Justo en jardín del árbol de la fraternidad tenían sillas y toldos, y lo mejor... un disco de una chava que cantaba blues... revivió mi deseo por tocar ese tipo de música que siempre me ha encantado. Me puse a buscar en internet música, cursos de piano, partituras, etc (como cada vez que me entra mi lado bluesco) y de nuevo no encontré gran cosa... pero encontré algo que me llamó la atención, cito desde la fuente:
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